LA TIERRA DEL FUEGO, UN DESTINO DE CINE
Saber que existe un páramo en este mundo cuyo nombre es la Tierra del Fuego es inevitablemente atractivo, más aún si es conocido como “Fin del Mundo”. En los alrededores de Río Grande se puede encontrar todo tipo de entretenimiento: a los amantes del juego les recomendamos este sitio donde jugar al blackjack o disfrutar de otros juegos. A los viajeros inquietos que acostumbran a recorrer costas enteras con el respaldo de una sola mochila y muchas ganas de conocer mundo, también tenemos alternativas.
La Patagonia es una región enorme, tanto en belleza como en extensión, pero merece la pena dedicarle el tiempo necesario y recorrerla de cabo a rabo. Entre sus vastos accidentes geográficos, la ciudad de Río Grande supone una de las más importantes del territorio sudamericano, es un municipio de los más trascendentes dentro del panorama económico del país argentino y uno de los destinos turísticos más aclamados.
A unos 50 km al sureste de la aquel núcleo turístico, se encuentra el Cabo San Pablo, un pedazo de tierra en el Océano Atlántico Sur, concretamente en el Mar Argentino. Como parte de la Tierra del Fuego, el punto más meridional de América Latina, el Cabo San Pablo goza de bajas temperaturas durante todo el año. Sin embargo, el dramático paisaje del cabo sigue atrayendo a numerosos aventureros para explorar las bellezas de este paisaje único.
Al ser una montaña de forma redonda, Cabo San Pablo destaca como uno de los lugares más intrigantes para visitar en el país. Si busca una aventura inolvidable en el extremo del continente, no se sentirá defraudado cuando vea la magia de otro mundo que tiene este lugar. Sabiendo que la siguiente tierra firme después del Cabo San Pablo es la Antártida, caminar por su superficie de guijarros produce escalofríos. Al norte del cabo, existe una bahía llamada Quemada, y más arriba se puede ver el río Ladrillero desembocando en el mar.
¿Qué hacer por los alrededores del cabo?
Una de las mejores formas de aprovechar un viaje turístico por esta zona comienza por elegir una bonita forma de llegar al sitio. Tiene dos opciones, o bien contratar alguna agencia que le programe una ruta por los alrededores, o aventurarse por la carretera por cuenta propia hasta llegar al Cabo San Pablo.
El Paso Sobrestante Luis Garibaldi es el único que ha conseguido atravesar los Andes fueguinos, a medida que se avanza por la espectacular carretera, se pueden observar cómo los paisajes de bosque se van transformando en laderas rocosas. Al final del camino se encuentra el pueblo de Tolhuin, donde es recomendable una parada para visitar los comercios tradicionales.
Una vez se llega al Cabo San Pablo, existen numerosas caminatas en las que disfrutar del bello paraje natural. Para completar la ruta, muchas agencias de viaje recomiendan la estancia en Las Loicas, una antigua casa de campo donde se puede disfrutar de deliciosos almuerzos a base de la pesca fresca del día, otra de las actividades más recurrentes de la zona. Después de la comilona, se puede aprovechar la hora para realizar una de las excursiones más bonitas que llega hasta el Cabo Lunar, donde las puestas de sol son de película.
Sin embargo, la principal actividad que más merece la pena desde mi punto de vista, es la obligada visita a uno de los más novelescos escenarios que acompañan todos esos nombres que parecen sacados de una novela de Robert Louis Stevenson; el famoso pecio “Desdémona”, un enorme barco que descansa de su naufragio en la orilla desde el 9 de septiembre de 1985.
Debido a los graves daños sufridos, el carguero alemán no pudo regresar a su punto de partida, por lo que las autoridades dejaron aquel particular monumento como orientación para otros capitanes de barco. Si le gustan los lugares espeluznantes, no puede perderse el Cabo Sabo Pablo y su residente permanente, la poderosa Desdémona.
Además de ser un lugar místico, como ya comentábamos más arriba, otra de las actividades más comunes y populares del cabo es la pesca de truchas. Si alguna vez decide aventurarse en este entorno hostil y salir con la caña a pasear, asegúrese de ir equipado con ropa cortavientos e impermeable y botas de montaña. Una crema facial protectora también es imprescindible debido a los fuertes vientos, y algo caliente para beber les salvará el día.
Por último, algo que acostumbran a hacer algunos de los visitantes (los más entusiastas de la fotografía) es traer sus mejores objetivos y aprovechar el entorno para hacer las fotos de su vida. Con toda seguridad, si decide embarcarse en la aventura de conocer el Cabo San Pablo, querrá inmortalizar todos los momentos posibles.